martes, 8 de mayo de 2012

ESPAÑOLES



RAMÓN SILVESTRE VEREA GARCÍA

 (La Estrada, Pontevedra, 11 de diciembre de 1833 - Buenos Aires, 6 de febrero de 1899). Inventor español.



            Su calculadora era una máquina de unos 26 kilos de peso, 14 pulgadas de largo, 12 de ancho y 8 de alto, capaz de sumar, multiplicar y dividir números de nueve cifras, admitiendo hasta seis números en el multiplicador y quince en el producto. La multiplicación la resolvía mediante un método directo basado en un mecanismo patentado por Edmund D. Barbour en 1872, que empleaba un sistema que obtenía valores de una tabla de multiplicar codificada de manera similar al sistema Braille. El aparato podía resolver 698.543.721 x 807.689 en veinte segundos, una velocidad sorprendente para la época. No obstante, Verea no perseguía más que demostrar que los españoles podían inventar igual que los estadounidenses, por lo que su invento sólo dejó huella en la historia de la computación como base para futuras máquinas, como la de Otto Steiger. Su máquina se conserva en los depósitos de la sede central de IBM, en White Plains (Nueva York) formando parte de la colección iniciada en 1930 por el fundador de IBM.





 LEONARDO TORRES QUEVEDO





Nació el 28 de diciembre, conmemoración de los Santos Inocentes, en 1852, en Santa Cruz de Iguña, Molledo (Cantabria).



            En 1903, Torres Quevedo presentó el Telekino en la Academia de Ciencias de París, acompañado de una memoria y haciendo una demostración experimental. En ese mismo año obtuvo la patente en Francia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El telekino consistía en un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas mediante ondas hertzianas; constituyó el primer aparato de radiodirección del mundo, y fue un pionero en el campo del mando a distancia, junto a Nikola Tesla. En 1906, en presencia del Rey y ante una gran multitud, demostró con éxito el invento en el puerto de Bilbao al guiar un bote desde la orilla; más tarde intentaría aplicar el telekino a proyectiles y torpedos, pero tuvo que abandonar el proyecto por falta de financiación.

           En el terreno práctico, Torres Quevedo construyó toda una serie de máquinas analógicas de cálculo, todas ellas de tipo mecánico —una de ellas es El Ajedrecista, presentado en la feria de París de 1914—. En estas máquinas existen ciertos elementos, denominados aritmóforos, que están constituidos por un móvil y un índice que permite leer la cantidad representada para cada posición del mismo. El móvil es un disco o un tambor graduado que gira en torno a su eje. Los desplazamientos angulares son proporcionales a los logaritmos de las magnitudes a representar. Utilizando una diversidad de elementos de este tipo, pone a punto una máquina para resolver ecuaciones algebraicas: resolución de una ecuación de ocho términos, obteniendo sus raíces, incluso las complejas, con una precisión de milésimas. Un componente de dicha máquina era el denominado «husillo sin fin», de gran complejidad mecánica, que permitía expresar mecánicamente la relación y=log(10^x+1), con el objetivo de obtener el logaritmo de una suma como suma de logaritmos. Como se trataba de una máquina analógica, la variable puede recorrer cualquier valor (no sólo valores discretos prefijados). Ante una ecuación polinómica, al girar todas las ruedas representativas de la incógnita, el resultado final va dando los valores de la suma de los términos variables, cuando esta suma coincida con el valor del segundo miembro, la rueda de la incógnita marca una raíz.

           Con propósitos de demostración, Torres Quevedo también construyó una máquina para resolver una ecuación de segundo grado con coeficientes complejos, y un integrador. En la actualidad la máquina Torres Quevedo se conserva en el museo de la ETS de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid.






MANEL PUIGBÓ ROCAFORT


 
           Nacido en Tarrasa el 31 de agosto de 1931, es profesor, deportista e investigador informático, conocido por ser diseñador del Kentelec 8.


           A partir de los años 70 Manel Puigbó diseñó una serie de equipos electrónicos enfocados principalmente a la enseñanza de la electrónica y la informática. Destaca el Kentelec 8, el primer ordenador comercial basado en microprocesador diseñado en España. También diseñó varias calculadoras digitales y analógicas, un corrector automático de exámenes y diversos equipos enfocados al estudio y análisis de circuitos.





MATEO VALERO CORTÉS



         (Alfamén, Provincia de Zaragoza, 1952) es un profesor e investigador español más conocido por dirigir el Centro Nacional de Supercomputación, en Barcelona.

          Se tituló en Ingeniería de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid en 1974, doctorándose por la Universidad Politécnica de Cataluña en 1980. Es profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña desde 1974 y catedrático del Departamento de Arquitectura de Computadores de esa universidad desde 1983. Su investigación abarca diferentes conceptos del mundo de la arquitectura de computadores, disciplina en la que ha publicado más de 400 artículos entre revistas, congresos y libros. Además, tiene amplia experiencia organizando múltiples eventos científicos y académicos.

           En 2007 recibió el Premio Eckert-Mauchly de la ACM/IEEE, considerado el más prestigioso en el campo de la arquitectura de computadores, "por su extraordinario liderazgo en la construcción de un centro de investigación en arquitectura de computadores de clase mundial, sus contribuciones originales en las áreas de computación vectorial y multihebra, y por proponer nuevos enfoques en paralelismo a nivel de instrucción". Además, ha sido galardonado con el Premio Rey Jaime I en 1997, el Premio Nacional de Investigación Julio Rey Pastor en 2001 y el Premio Nacional de Investigación Leonardo Torres Quevedo en 2006.

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